La estrategia del Banco Central (BCRA) de subir las tasas a un nivel que emparda a la inflación viene dando buenos resultados en la dinámica de crecimiento de las inversiones en moneda local: en cuatro meses (de agosto a noviembre) los depósitos a plazo fijo del sector privado registraron un crecimiento del 44,6%, lo que implica un aumento neto del stock de $2,15 billones (específicamente: $2.153.082 millones) y, hasta el 2 de diciembre, se ubicaba en $6,98 billones, un 30% por encima de los de $4.89 billones que había al 28 de julio, momento de la salida de Silvina Batakis del Ministerio de Economía.
Cabe recordar que esta dinámica comenzó a darse con más fuerza desde agosto, cuando el Central realizó un fuerte ajuste al alza de las tasas y elevó en 8,5 puntos porcentuales la del plazo fijo tradicional al 69,5%, lo que equivalía a una tasa efectiva anual (TEA) del 96,5%. Así, se estableció una tasa mensual del 5,79% para los plazos fijos de hasta $10 millones. El objetivo era claro: contener la demanda dé dólares incentivando inversiones en pesos.
La medida estaba, además, alineada con el objetivo de buscar alcanzar tasas reales positivas respecto de la inflación acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero el alza aplicada se quedó corta respecto de la inflación de julio, que fue del 7,4% y también del de agosto, que estuvo en el 7%. Debido a ello, el BCRA consideró necesario incrementarla una vez más para acercarlas a un terreno positivo.
En consecuencia, el 16 de septiembre dispuso una suba de tasas de 550 puntos hasta el 75%, lo que equivale a una Tasa Efectiva Anual (TEA) del 107%. Con el nuevo número de TNA, la tasa efectiva mensual (TEM), que pasó a ser del 6,25%, por debajo de la inflación de agosto, pero en línea con la de los siguientes tres meses, que estuvo en torno al 6%.
Plazos fijos: las variables que alentaron el crecimiento del stock
Eso disparó el interés en los plazos fijos, sobre todo por parte de las empresas son los que más aumentaron. Y es que, según describe a Ámbito, el director de Analytica, Claudio Caprarulo “se está dando una modificación de las carteras a raíz de los aumentos en las tasas de interés que implementó el Banco Central (BCRA)”.
De hecho, la reacción de los inversores a cada movimiento en la tasa que aplicó fue instantánea: los saltos más contundentes en el stock se dieron al día siguiente a que el Directorio tomara la decisión de acelerar el proceso de normalización de la tasa de política monetaria. Así, El 12 de agosto, un día después de que el BCRA elevara fuerte la tasa, cuando el stock trepó 1,83% y, el 16 de septiembre, pegó un salto diario del 4,16.
Tal como se mencionó, este crecimiento de los depósitos a plazo fijo se dio con mayor fuerza en las colocaciones de grandes inversores. Si bien aumentaron 44,6% desde el 28 de julio, en el segmento de depósitos de más de $20 millones, el alza fue de 49,5%.
Esa dinámica se ve, además alentada por el hecho de que se observa un índice de inflación elevado, pero estable en torno al 6%, lo que hace que el rendimiento del plazo fijo salga casi empardado hasta el momento. En ese contexto, señala que “las empresas tienen más incentivos a llevar lo que antes eran depósitos a la vista hacia los plazos fijos.
Asimismo, observa que esto se ve alentado porque la tasa de interés actual del plazo fijo tradicional hace que no sea necesario ir hacia los UVA, que obligan a esperar 90 días para tener disponibilidad de los fondos. “Así, a los 30 días ya está disponible la liquidez”, apunta Caprarulo.
En consecuencia, la contracara de este mayor apetito por los depósitos a plazo fijo es una caída en los depósitos que ajustan por UVA, que desde el 28 de julio se redujo en $44.069 millones, lo que representa una baja del 21,2%.
Y, finalmente, el director de CyT Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, aporta otra variable que alienta esta dinámica, el cepo. “El aumento de las tasas de interés incide en el incremento de la formación de los plazos fijo. De hecho, hubo momentos en los que crecieron por encima del 10% mensual, pero también, por las restricciones de acceso al dólar, las empresas y los fondos comunes de inversión no tienen mucho más que hacer con los pesos que ir a un plazo fijo”, opina. Eso, según su mirada, genera un piso mínimo de fondos para esos instrumentos de capitalización.
Plazo fijo: lo que viene para estas inversiones
Con esos datos sobre la mesa, el saldo de depósitos a plazo, a precios constantes, se ubica actualmente en su nivel más alto en términos históricos, y como porcentaje del Producto Bruto Interno (PIB) el ratio es del 7,5%, uno de los registros más elevados de los últimos años. La tendencia a la reducción de la dinámica inflacionaria, que se ubicaría en torno al 5,8% en noviembre, ayudaría a seguir intensificando esta tendencia, según los analistas.
Pero, por otro lado, Caprarulo advierte que “habrá que ver es qué pasa en diciembre, sobre todo porque las empresas suelen necesitar mayor liquidez para el pago de aguinaldo y bonos de fin de año, por lo que podemos empezar a ver una salida de algunos fondos de los plazos fijos con ese destino”. Así, en palabras de Tiscornia, podremos empezar a ver un repunte de las cuentas a la vista y leve caída de los plazos fijos. También habrá que estar atentos a lo que disponga en los próximos meses el BCRA respecto de la tasa.
Seguramente, no la modificará hasta el año próximo, cuando, si logra el camino descendente en la inflación, podría empezar a pensar en una reducción gradual del índice, como algunos analistas sugieren, para alentar la actividad económica, pero, para ello, deberá esperar a demostrar que la tendencia a la baja de precios se consolida. Recién ahí, podría pensar en una estrategia de ese estilo.