Con la publicación en el Boletín Oficial hoy comienza la segunda edición del denominado dólar soja, un tipo de cambio diferencial para que los productores vendan los granos que aún conservan en sus silos, valuados en más de U$S 5.000 millones y mediante el cual los agroexportadores recibirán $230 por cada dólar. En tanto, para el sector productivo la mejora en los valores del producto sería más que sustancial porque pasaría desde los $65.000 de la semana pasada hasta los $85.000 por tonelada, según fuentes del mercado. Con este medida, anunciada el viernes pasado por el ministro Massa, el Gobierno espera recibir del sector al menos unos u$s3.000 millones hasta fin de año. Ese fue el compromiso que firmó con la industria transformadora de soja, pero lo cierto es que la expectativa está puesta en que ingresen unos U$S 5.000 millones que serán claves para engrosar las reservas del BCRA y mantener a raya al mercado de cambios local.
Dentro del paquete de medidas que acordó Massa con los exportadores se destaca la vuelta del diferencial en las retenciones para los productores del complejo sojero con valor agregado, es decir, el aceite y la harina. Actualmente pagan 33% al igual que el poroto, pero volverán a tributar el 31%. Meses atrás el Gobierno había decidido la suba de las retenciones de los derivados de la soja y ese dinero fue destinado al fondo compensador del precio del trigo en el mercado interno. Una medida que en la práctica logró un alcance acotado y que en definitiva terminó por desalentar la industrialización de la oleaginosa.
La suba de retenciones a los subproductos tenía vigencia, según lo establecido en el fondo compensador del precio del trigo, hasta el próximo 31 de diciembre. El Gobierno entonces adelantó un mes la vuelta del diferencial para beneplácito de la industria que a su vez se comprometió a liquidar al menos unos u$s3.000 millones en el mercado de cambios local que comenzarán a sentirse desde hoy mismo. Es que en lo que va de noviembre el sector había ingresado menos de u$s1.000 millones con una liquidación diaria promedio de apenas u$s50 millones. Esa es la historia que busca cambiar el equipo económico.
Con la versión anterior del dólar soja, el campo liquidó más de u$s7.000 millones que sirvieron para cumplir con compromisos internacionales, atender la demanda de reservas para la producción y por supuesto calmar al mercado de cambios local. Esa tregua enseguida pareció haber quedado acotada y es por eso que Massa una vez más recurrió a su ya fluido diálogo con los agroexportadores.
En tanto, el ministro adelantó que no solo se buscará que los productores vendan las más de 11 millones de toneladas que aún conservan en sus silos, sino que también se avanzará en un plan de compensación para aquellos sectores que pueden llegar a verse perjudicados con este diferencial. En definitiva aquellos que destinan la oleaginosa para alimentación animal, así se espera un esquema concreto de compensación para tamberos y productores ganaderos, entre otros.
Con la mirada puesta en 2023, que llega en apenas cinco semanas, desde el equipo económico y la Secretaría de Agricultura adelantan que también se avanzará con una reducción “importante” de las retenciones a las economías regionales. Con el foco puesto en aquellas que están encontrando dificultades para exportar o sufren los efectos de la suba de los costos de producción en dólares.
Finalmente, algo ya habitual en la política agropecuaria local: desde diversas entidades del campo salieron a criticar la puesta en marcha de la nueva edición del dólar soja. Carbap, la Sociedad Rural y Federación Agraria manifestaron a lo largo del fin de semana que el campo necesita “reglas claras” y no medidas de urgencia ante las necesidades económica. Por otra parte, desde la asociación que nuclea a los productores autoconvocados fueron todavía más duros y en un comunicado manifestaron: “Desde AAPA no podemos callar este robo a los productores. Nuestra asociación no puede ser cómplice de las mentiras de funcionarios de un gobierno de inexpertos y malintencionados. Tampoco podemos obviar que otros dirigentes de nuestro sector están sordos y miran para otro lado, dejando a sus representantes en el Titanic”.
La perlita del fin de semana es que un día después del anuncio del nuevo tipo de cambio, más precisamente el sábado, mientras jugaba la selección Argentina en Qatar, miembros de ese mismo grupo de autoconvocados que denunciaba “robo” a los productores, subían selfies en las redes sociales desde el estadio a casi 14.000 km de distancia de la Argentina y de su economía.
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