Antes de convertirse en ministro de Economía, cuando aún trabajaba en las oficinas del Congreso, Sergio Massa insistía en una frase: “El salario no es ganancia, es remuneración por el trabajo”. Ahora, esos dichos parecen reaparecer como un boomerang: son los gremios quienes, ante la aceleración de precios de los últimos meses, empezaron a pedir que se actualice el piso del impuesto a las Ganancias y presionan al actual titular del Palacio de Hacienda.
La última vez que se modificó el piso del impuesto a las Ganancias fue en junio, cuando se pasó de $225.937 a los $280.792 actuales para un salario bruto, y según datos de la AFIP. En agosto –el último dato disponible- hubo 887.654 personas que afrontaron el gravamen, mientras que en julio fueron 841.700. Es decir, que se sumaron 45.954 contribuyentes en un mes.
Si la comparación se realiza sobre el mismo mes del año anterior, se acumularon 114.441 trabajadores y jubilados más que comenzaron a pagar el impuesto desde agosto de 2021.
A la hora de revisar la cantidad de personas que se encontraron alcanzadas por el gravamen en los últimos dos años, lo cierto es que se reportó una baja desde que se modificaron los montos mínimos para empezar a pagarlo, pero cuando empezó a escalar la inflación y se acomodaron subas salariales, luego esos valores retomaron un marcado ascenso.
Lo que sucede es que con los ajustes que se aplican para apalancar la suba de los precios, más trabajadores elevan sus ingresos y, a su vez, entran dentro del universo de los que abonan el gravamen.
Hace unos meses, con Martín Guzmán en Economía, Massa expresaba que “si en paritarias los trabajadores recuperan ingresos, pero después el Estado se los quita con impuestos, es un sinsentido que le den mejores ingresos en las paritarias”.
Esa misma defensa esbozan algunos gremios, como los bancarios, que cerraron una récord del 94,1% anual, y a través de una carta pidieron que se evalúe el impacto del tributo en los salarios para “proceder a incrementar las deducciones del impuesto a las Ganancias”. En ese escrito también se remarcó “la necesidad de actuar rápidamente para evitar el retraso en la capacidad de compra de los trabajadores”.
Los bancarios no fueron los únicos. El secretario de Camioneros, Pablo Moyano, también enumeró “tres o cuatro medidas urgentes” para cuidar el bolsillo de los trabajadores. “Una es una suma fija o un bono por tres meses, fundamentalmente a aquellos gremios que no pueden llegar a cubrir la canasta básica; le hemos pedido que se aumente la cantidad de trabajadores que cobren el salario familiar por hija o hijo; y que eleve el impuesto a las Ganancias de una vez por todas”, dijo Moyano.
La actualización del impuesto a las Ganancias técnicamente es anual y se mide a través del coeficiente de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), pero el Gobierno tiene la posibilidad de adelantar su ajuste.
Para el especialista tributario, Sebastián Domínguez, debería realizarse una reforma integral del Impuesto a las Ganancias que contemple actualizaciones automáticas trimestrales y que tengan en cuenta la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
“Si actualizamos el valor del sueldo bruto promedio por la variación del IPC de septiembre 2022 (considerando una inflación del 7% para ese mes) versus octubre 2021, arroja como resultado que no se debería tributar Ganancias por sueldos brutos hasta $ 402.619″, estimó.
En el Ministerio de Economía oyeron el reclamo. Saben que es un riesgo para la clase media, cada vez más alarmada frente a una inflación que se encamina a los tres dígitos para este año, pero dentro de la agenda de medidas sobre las que trabaja el equipo económico, la aplicación de una actualización sobre el impuesto a las Ganancias sigue en lista de espera.
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