El Ministerio de Economía y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) definirán en los próximos días si avanzan en un refuerzo de ingresos para los sectores más postergados, que tendría la forma de un bono de $50.000, a pagar en tres cuotas hasta fin de año.
La posibilidad de un pago extraordinario surgió del decreto 576, que dio lugar al régimen temporal conocido como dólar soja y que creó un “Fondo de Incremento Exportador” para financiar “una prestación monetaria extraordinaria, no contributiva y de alcance nacional que asegure una adecuada alimentación para las personas en situación de extrema vulnerabilidad”.
Que haya un bono financiado con lo recaudado por el dólar soja, que termina este viernes 30. Para ese mismo día, el ministro de Economía, Sergio Massa, prometió hacer un balance, surgió a principios de septiembre. En ese momento, el Gobierno estimaba ingresos por US$5000 millones y que el Fondo de Incentivo Exportador sume unos $200.000 millones.
En ese momento, el dirigente Juan Grabois había asegurado que la vicepresidenta Cristina Kirchner le anticipó que parte del dinero recaudador por el dólar soja iría a sectores que están en situación de indigencia.
Ahora, a dos días del fin del “solar soja”, la meta oficial de ingresos por el esquema temporal llega a $6000 millones y por ende, el Estado tendría un fondeo mayor para aliviar la situación de unos 2,1 millones de personas, que no pueden costear la canasta básica alimentaria.
La CBA, que determina el umbral de la indigencia, se ubicó en $17.149 a agosto, según los últimos datos del INDEC. Mientras, el precio de los alimentos saltaron más de 7% en lo que va de septiembre, lo que profundizará la situación.
El decreto que habilita el bono extraordinario afirma que se tendrá en cuenta si las personas acceden a programas sociales o prestación por desempleo. Por esta razón, será requisito excluyente no cobrar otros planes o ayudas.
Sobre la normativa, Grabois dijo que plantea un refuerzo de ingresos “similar al Salario Básico, solo que con otro nombre”. Otros dirigentes lo asimilan a lo que fue el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que alcanzó a casi 9 millones de personas en 2020, durante las mayores restricciones a la circulación por la pandemia.
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