Los salarios pierden por goleada frente a la inflación. Otra vez. Y el oficialismo comienza a preocuparse a medida que se acerca el 2023 y con él, las elecciones.
La estrategia de Sergio Massa, no es la de pisar los precios con controles, porque se sabe que nunca producen resultados sustentables. Por el contrario, el ministro de Economía apunta a ordenar la macro: reducir el déficit y la emisión. Luego llegará el resto. Pero dinámica requiere tiempo. Y es lo que empieza a escasear: en 2023 el país entra en tiempo de descuento.
En los primeros siete meses del año, los salarios promedian un alza de 45,05%, según el último Ripte disponible, contra una escalada de precios que acumuló en el mismo lapso 46,2%.
El recorrido parece inevitable. Luego de una leve recomposición en mayo, donde los salarios le sacaron una diferencia del 1,1% a los precios, la carrera volvió a mostrar el resultado habitual.
La suba salarial de 4,8% de junio no alcanzó a compensar la inflación de ese mes, que fue de 5,3%, y el nivel general de salarios cayó 0,4%.
En julio se repitió la situación: los sueldos crecieron en promedio un 5,3 %, frente a una inflación de 7,4 %. En relación a un año atrás, la pérdida de salarios fue de 2,4 puntos: subieron el 68,6% y contra una inflación interanual del 71%.
Y en agosto, cuando la inflación medida por el Indec arrojó una suba de 7%, las estimaciones dan cuenta de que los salarios perdieron 4 puntos.
Hablamos siempre de salarios brutos, es decir, antes del pago de impuestos y otros descuentos. Porque después de estas deducciones, el impacto en los bolsillos es mucho mayor.
Con una inflación que ya acumula 78,5% en los últimos 12 meses, los principales gremios encararán a partir de octubre una masiva reapertura de paritarias para tratar de acercarse a los precios en un año superarán el 95% de alza, como lo admite el Gobierno en el Presupuesto 2023.
- Economia