Por la quita de subsidios sobre las tarifas de servicios públicos y el aumento de los costos, el precio del pan subirá en torno del 10% en septiembre, pero el incremento alcanzará hasta el 25% en las panaderías que no acceden a los molinos que adhirieron al fideicomiso del trigo.
Así, el precio del pan subirá como mínimo a $365 el kilo y alcanzará hasta los $430 en las panaderías sin harina subsidiada. Los datos surgen de un informe de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires (FIPPBA).
De acuerdo con estos datos, la quita de subsidios al gas aumentará más del 72% la incidencia de ese ítem en la estructura de costos de la elaboración del pan en las panaderías bonaerenses, al pasar del 1,8% al 3,1%, y en el caso de la luz subirá 69%, del 2,9% al 4,9%.
Por qué subirá el pan
El informe elaborado por Adrián Gutiérrez Cabello, economista de la FIPPBA, anticipa una suba en los costos de elaboración de pan para septiembre, debido, por un lado, al incremento salarial acordado en la reapertura de las paritarias, que implicó una suba del 11% para el mes; “la inflación esperada para agosto superior al 6% y el impacto de la suba de las tarifas” que, destaca, “impactaría tanto en las materias primas como demás gastos de las panaderías”.
“Al incremento de las facturas de AySA, en este mes se aplican las de gas y electricidad, los cuales tendrán un fuerte impacto en los costos de producción”, advirtió el economista.
En cuanto al fideicomiso del trigo, dijo que “si bien el precio de la harina subsidiada es de alrededor de $1350 más impuestos por bolsa de 25 kilos, no todas las panaderías pueden acceder y, de acuerdo con el relevamiento realizado, sin subsidio la misma bolsa tiene un valor promedio de $2200 más impuestos”.
Por eso, el Gobierno decidió modificar el mecanismo y pasar a subsidiar en forma directa a las panaderías, en vez de a los molinos.
Todo eso termina teniendo una incidencia en el valor del pan en el mostrador de las panaderías, uno de los alimentos infaltables en la mesa de los argentinos, en momentos en que el Gobierno busca contener la disparada de precios de los alimentos de los últimos meses.
“En un contexto de alta inflación es necesario actualizar y hacer un seguimiento de los costos, dado que de no ser así en el mediano plazo puede llevar a situaciones de pérdida de rentabilidad y posible cierre del establecimiento”, advirtió la gremial empresaria.