La política cambiaria y el cepo al comercio exterior en aparente agonía ante el fortísimo aumento del dólar “blue”, generó un fenómeno extraño en una economía que, evaluada al precio del blue o de variantes legales como dólar “bolsa” y “contado con liquidación”, luce “regalada”: el encarecimiento en dólares oficiales de los bienes no regulados y, en especial, “protegidos” por la política oficial.
El encarecimiento en dólares, dice un trabajo de Jorge Vasconcelos, economista del Ieral, se debe en parte al atraso cambiario, pero más a las restricciones para importar y la escasez sobreviniente, que genera conductas defensivas y atentas al incierto costo de reposición de los bienes.
El estudio precisa que los precios de bienes y servicios no regulados o sujetos a regulaciones parciales se encarecieron 24,6 % en dólares “oficiales” desde 2019 a junio. Si se descuenta la inflación de EEUU en el período, agrega, resulta que 60% del aumento se debe a la suba de los precios internacionales, pero un macizo 40% se explica por factores locales, como el cepo y la política cambiaria.
Los ítems “protegidos” por regulaciones y aranceles aumentaron en el mismo período 68,9% en dólar oficial, muy por encima de la tendencia internacional. Allí se incluye el precio de los vehículos, artefactos para el hogar, prendas de vestir y pasajes aéreos.
Al comparar los precios de los productos “no regulados” con los “protegidos”, el autor atribuye el encarecimiento en dólares oficiales de la economía en los últimos 30 meses al “atraso cambiario” pero más aún a las restricciones al comercio exterior. A medida que se estrecha el cepo, los faltantes y escasez de insumos, partes y bienes finales se computan al valor de los “dólares libres” para estimar costos de reposición, haciendo fracasar el intento oficial de controlar al mismo tiempo precios y cantidades.
Pero eso no es todo. Hay a la vez “inflación en dólares reprimida” en el sector más regulado, las tarifas de los servicios públicos, que el gobierno decidió empezar a aumentar mediante la enrevesada y administrativamente compleja “segmentación”, cuyos resultados se empezarán a ver en septiembre.
A junio 2022, precisa el trabajo, el costo de provisión de agua, electricidad y gas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se abarató 42,6 % en dólares en relación al promedio de 2019, reeditando, ampliada, una de las herencias del ciclo 2003-2015, un fortísimo atraso que complicará cualquier intento de reducir la inflación.
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