La decisión de Javier Milei de aprobar el acuerdo con el FMI a través de un DNU puso en alerta al Congreso. La primera reacción de la oposición fue reclamar al oficialismo que envíe un proyecto de ley, como establece la norma 27.612, sancionada en 2021. En medio de ese escenario, de uno y otro lado hacen números para analizar cuáles son las chances de que el decreto sea rechazado en ambas cámaras. El Senado, entre el peronismo y algunos otros opositores, está cerca de alcanzar ese objetivo; mientras que, en Diputados, los libertarios tienen los aliados suficientes para asegurarse el blindaje necesario.
El Ejecutivo nacional primero tanteó el terreno. Habló con referentes del PRO y algunos mandatarios provinciales. Quería saber cuáles eran los costos y las complicaciones, según el camino que tomara. Advertido de que las posibilidades de aprobar la ley en el Senado eran bajas -sobre todo porque Unión por la Patria tiene 34 miembros-, optaron por el DNU. Incluso, a riesgo de que eso derive en un sinfín de críticas, dentro y fuera del país, por una decisión por demás controvertida.
La última vez que el actual ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, cerró un acuerdo con el FMI fue cuando era ministro de Finanzas del gobierno de Mauricio Macri. En esa época, no era preciso que el tema pasara por el Parlamento, recién en la administración de Alberto Fernández, en 2021, el entonces titular de Hacienda Martín Guzmán consiguió que se aprobara la ley que establece que cualquier pedido de préstamo debe ser autorizado por los diputados y los senadores.
El decreto deberá ser discutido en la bicameral de Trámite Legislativo. Mientras no sea rechazado por ambas cámaras, seguirá vigente. El único antecedente alentador para los opositores es el del DNU que le otorgaba 100 mil millones de pesos a la SIDE para gastos reservados. La oposición se unió, incluido el PRO, y logró voltearlo. Pero esta vez, la situación es muy diferente. Por lo bajo, en varios bloques de la Cámara de Diputados sostienen que si bien el Gobierno debería haber mandado un proyecto de ley, no pueden dejar al oficialismo sin herramientas para que selle un acuerdo con el organismo internacional.
El diputado socialista Esteban Paulón sostuvo en su cuenta de X que se trata de "un acuerdo vergonzante", en tanto desde la bancada Democracia para Siempre rechazaron la metodología utilizada por Milei. "De nuevo el Gobierno elige el camino de la imposición en vez del diálogo y el consenso, y no es esto lo que corresponde ni lo que le pidió el Fondo. Milei elige la patoteada en vez el camino de la institucionalidad. Esa es la primera lectura frente al dictado de un DNU, ya que lo que corresponde es someter a la autorización del Congreso por medio de una ley", señaló el diputado de ese espacio Fernando Carbajal. Y agregó: "Otra vez Milei equivoca el camino, por lo cual levantamos las defensas frente a la patoteada y a la caída de la institucionalidad".
"En 2021, en el congreso aprobamos un proyecto que obliga a que todo programa de endeudamiento con el FMI (asi como cualquier ampliación de sus montos) debía ser aprobada por ley. No fue un capricho, fue fruto de un aprendizaje colectivo después de tantas veces que quienes nos endeudaron irresponsablemente se pusieron al país de sombrero. Se llevaron los dólares y nos dejaron la deuda", apuntó el diputado Itai Hagman, de Unión por la Patria. Y puntualizó: "Es cierto que es una legislación local y no del FMI (aunque tampoco se crean que el FMI es muy riguroso con su propio estatuto, que lo violó obscenamente en 2018), pero la declaración de la vocera del FMI de hoy y este comunicado es una declaración flagrante de delito".
Ni el peronismo, ni los radicales díscolos están dispuestos a validar el DNU, sin embargo en los bloques del PRO, la UCR, Innovación Federal y Encuentro Federal la mirada es otra. Varios de sus legisladores tienen reparos sobre la decisión del Gobierno de haber dejado a un lado al Congreso en este debate, pero tampoco están convencidos de rechazar el decreto.
En la Casa Rosada hay cierto alivio respecto a la postura de quienes integran la Cámara baja. Están seguros de que la oposición no conseguirá reunir los votos para rechazar el DNU. Más allá de los cuestionamientos, una vez más, serán los aliados los que le aseguren al líder libertario seguir avanzando.

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