Si bien mes a mes avanza en flexibilizaciones graduales de aspectos puntuales de la normativa cambiaria, el equipo económico mantiene aún en vigencia un abanico amplio de las restricciones que conforman el cepo al dólar. Javier Milei y Luis Caputo prometieron levantar el control de cambios durante 2025 y trazaron un conjunto de requisitos para llevarlo a cabo. En el Banco Central (BCRA) afirman que hubo avances importantes, pero que todavía existen al menos dos factores por resolver, que concentran una demanda potencial de divisas riesgosa ante un eventual el levantamiento del cepo: los dividendos y la deuda de las empresas multinacionales con sus casas matrices. Así, los funcionarios hablan de un levantamiento en capas de las distintas restricciones. No obstante, los agentes económicos especulan sobre en qué momento culminará el proceso. El Presidente, a lo largo de su gestión, fue agregando nuevas condiciones para abrir el cepo a medida que el ancla cambiaria (apreciación mediante) ganaba terreno como uno de los pilares del plan oficial para desacelerar la inflación. En los últimos días, Milei habló de tres requisitos: la convergencia de la inflación con el ritmo de devaluación que marca la tablita cambiaria (que prevé desacelerar en los próximos meses), que la base monetaria amplia (incluye también los depósitos del Tesoro en el BCRA y las tenencias de LEFI de los bancos) se alinee con la base monetaria tradicional y resolver problemas de stocks (de demanda potencial de divisas). Caputo, por su parte, dijo que se necesita una inyección adicional de reservas para evitar una salida disruptiva. Ocurre que las reservas netas aún se encuentran en terreno muy negativo y en el último mes cayeron casi u$s1.200 millones pese a las compras del Central, según cálculos de Portfolio Personal Inversiones (PPI).