Ya ingresando en el segundo semestre, los diferentes actores en los mercados esperan que el ancla fiscal que constituyen los superávits vaya perdiendo fuerza. De hecho, se estima que el Gobierno apenas va a poder conseguir un resultado primario positivo en 2024 pero no financiero. Algo así como sacar un empate en un partido que comenzó muy mal. Lo primero que salieron a advertir economistas, como Carlos Rodríguez esta semana, es que no todo marcha tan bien desde el punto de vista fiscal como dice el presidente Javier Milei y su ministro de Economía Luis Caputo. De cada $100 del superávit primario conseguido en el primer cuatrimestre, solo $17 pueden ser adjudicables a algún tipo de recorte de gasto o licuación concreto y que tal vez no sea permanente. Los otros $82 se lograron postergando pagos, lo que se denomina deuda flotante, y con la extraordinaria recaudación del Impuesto PAIS de este año. Según datos de la Secretaría de Hacienda, entre enero y abril el superávit financiero del Sector Público Nacional fue de $1,15 billones, mientras que el primario alcanzó los $4,13 billones. Durante ese período, el Impuesto PAIS registró ingresos $2,25 billones, y la deuda flotante generada este año se ubicó en $1,15 billones. Quedan todavía pagos postergados por $316.697 millones del 2023. En principio, el superávit financiero conseguido por el Gobierno básicamente es equivalente a la deuda flotante del primer tramo del año. La mayor parte de esos pagos que no se hicieron todavía consisten en transferencias, es decir, gasto en programas sociales, asignaciones familiares, prestaciones del PAMI, Universidades, subsidios energéticos y al transporte. Específicamente, se advierte que la mayor parte de la deuda por transferencias son los subsidios a las generadoras eléctricas, que el gobierno busca resolver con un bono por $600.000 millones, que en definitiva, sigue siendo un gasto a pagar en el futuro. Por otro lado, el stock de deuda flotante del primer cuatrimestre incluye $287.351 millones en salarios y gastos de personal. Hay otros $49.602 millones en gastos de bienes de uso.
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