La semana terminó de la peor manera para la Argentina. El fortalecimiento del dólar a nivel global tras el dato de inflación de los EEUU peor a lo que esperaba el mercado, terminó generando la expectativa de que finalmente habrá tasas altas para rato. Esto le pone una mayor dificultad al ministro de Economía, Luis Caputo, a la hora de querer levantar el cepo cambiario. La inflación estadounidense se estancó arriba de 3% pero la inflación núcleo corrió al 4,5% anualizado en el primer trimestre debido sobre todo a la inercia inflacionaria en EEUU post pandemia. Este panorama impacta en los activos emergentes y en particular a las monedas de la región que están sufriendo una corrección sobre todo el peso colombiano y el peso mexicano con una depreciación de hasta el 3,8%. ¿Qué implica para la Argentina? El impacto de la devaluación de las monedas de los socios comerciales, fundamentales para la Argentina, elevan las dudas acerca del ingreso de divisas, y amplifican los temores de una devaluación del tipo de cambio oficial. Según la consultora Econviews, "el tipo de cambio oficial pierde competitividad mes a mes por ajustar 2% contra una inflación que todavía ronda 9-10%. La devaluación de socios comerciales como Brasil o Chile solo agrava este problema. El fortalecimiento del dólar suele correlacionar con caída de precios de los commodities. Ya de por sí la soja no está alta en términos históricos, y la perspectiva de tasas más altas en EEUU reduce las chances de que despegue. A mediano plazo, que se encarezca el crédito internacional complica a la Argentina si quiere volver a los mercados en 2025". El levantamiento del cepo depende, precisamente, de que el tipo de cambio no se atrase y permita al Banco Central acumular dólares, más de lo que ya tiene para tener suficiente poder de fuego en caso de volatilidad.
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