La fuerte baja que tuvo el precio del dólar financiero y el blue desde febrero generó una reducción de la brecha cambiaria, que cerró el viernes en torno al 20%. Es decir, la distancia entre el tipo de cambio oficial y los alternativos se comprimió respecto del 50% registrado semanas atrás.
Al mismo tiempo, el Banco Central (BCRA) acapara la oferta de divisas y ya se hizo de US$9500 millones desde el cambio de Gobierno. Así, las reservas netas pasaron de la zona de los US$11.000 millones negativos a los US$4000 millones negativos.
En el plan que el Gobierno comprometió con el FMI implica que presentará una hoja de ruta para salir del cepo -o unificar el mercado de cambios- a mitad de año. Los analistas alertan que ese paso requerirá casi seguramente una nueva devaluación, para que todos los precios del dólar queden alineados. Sin embargo, la brecha reducida que se vio en los últimos días hace preguntarse si no sería posible levantar las restricciones cambiarias sin un salto en el tipo de cambio.
Unificar el mercado cambiario no es tan sencillo como aprovechar un momento de brecha baja. “Obviamente, una brecha más chiquita es mucho mejor para levantar el cepo, pero eso también puede ser una cuestión de flujos y que eso no sea sostenible en el tiempo”, indicó el economista Amilcar Collante.
Por el contrario, hay dos puntas a analizar para levantar el cepo: la cifra de reservas en el BCRA -así como el flujo de dólares que ingresen- y la cantidad de pesos en la economía.
En el frente de las reservas, Collante consideró que, como mínimo, el BCRA debería llegar a reservas netas neutras si pretende levantar el cepo. “No estamos muy lejos de eso, faltan cerca de US$4000 millones. Habría que considerar que también que hay US$2700 millones que prestó el FMI para vencimientos y los Bopreal serie dos, que se pagan este año. Calcularía como para llegar a reservas netas 0, sin contar esos factores”, estimó.
Por su parte, Fernando Marengo, socio y economista jefe de BlackTORO Global Investments, consideró que si el Gobierno sigue acumulando reservas y los ingresos de dólares mejoran, podría haber una unificación sin salto del tipo de cambio.
“En el segundo trimestre, con los dólares de la cosecha agropecuaria, superávit comercial energético y con una recesión que hace caer la demanda de dólares para el pago de importaciones de un sector que terminó el año pasado sobrestockeado... Se supone que habrá un superávit comercial o un superávit externo de cuenta corriente importante”, analizó.
Marengo anticipó que ese escenario generará más presión bajista para las versiones alternativas del dólar y dijo que por eso prevé que, dado que el bien escaso serán los pesos, “la unificación se podría dar con una reducción de la brecha por la apreciación del contado con liquidación, tal como está ocurriendo”.
“En la medida en que empiece a entrar esa oferta excedente de dólares, creo que el Gobierno se va a ver tentado u obligado a flexibilizar el cepo, siempre y cuando se mantenga el programa económico en el que el bien escaso son los pesos”, afirmó.
A su turno, Collante resumió: “De las condiciones para unificar, faltaría la acumulación de dólares y eso está ligado a la cosecha gruesa. Yo creo que, entrado abril o mayo, con el agro liquidando un promedio de US$200 millones por día, entrarían unos US$4500 o US$5000 millones. Si el BCRA logra comprar toda esa cantidad de divisas, sería otra situación para evaluar el levantamiento del cepo y en junio podría estar discutiendo eso”.
La otra punta de la unificación cambiaria es la cantidad de pesos en la economía. Allí, tanto Collante como Marengo coincideron en que el Gobierno avanzó muchísimo. Tanto porque cortó la emisión monetaria como porque aspiró gran parte del excedente que habían quedado de la gestión anterior.
Eso se dio mediante mecanismos para absorberlos (como la colocación de deuda entre los importadores) como por la licuación que generó el fogonazo inflacionario de los primeros meses de mandato. “El poder de compra de los pesos cayó notablemente. Más o menos pasó de 17 a 10 puntos del PBI y la economía necesita pesos para funcionar. Eso también genera demanda de pesos en una economía en la que no hay oferta”, señaló Marengo.
Collante coincidió en que, por el lado de los pesos, el Gobierno ya hizo lo necesario para levantar el cepo y advirtió que la licuación todavía se puede profundizar por la corrección de precios relativos que resta por hacer (por ejemplo, la actualización de tarifas). “Según los datos oficiales a febrero, los agregados monetarios (los pesos en la economía) tuvieron una licuación impresionante contra el PBI. Ya está al nivel de 2003. Es más, si estabilizan, tendría que haber una remonetización de los agregados”, cerró el economista.
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