La inflación de diciembre saltó 25,5% mensual y 2023 cerró como el año con mayor escalada en 33 años al acumular 211,4%. El fogonazo inflacionario se dio en medio del cambio de gobierno, con la liberación de los precios de la economía y la devaluación de mediados de diciembre, que llevó al dólar a $800. La situación era esperada, pero no por eso el impacto de la cifra que difundió este jueves el INDEC deja de tener una profundidad enorme y hace resurgir los temores de la hiperinflación. Es que los porcentajes -tanto mensual como el acumulado anual del IPC- ponen a la Argentina ante los peores datos en más de 30 años, desde los primeros meses de la convertibilidad que lanzaron Carlos Menem y Domingo Cavallo a principios de los ‘90. La hiperinflación, que el país atravesó por última vez entre 1987 y 1991, es una sombra que se deja ver en este verano de precios desbocados en alimentos y medicamentos, por nombrar los que más impactan, y se sumarán subas de los regulados, como las tarifas de la energía, combustibles, el agua y el transporte público, a los que les quitará subsidios. Por eso, sin aumentos salariales a la vista, serán los bolsillos -cada vez más flacos- los encargados de frenar la escalada. Si bien la preocupación estuvo presente en buena parte de 2023, sobre todo en el segundo semestre, cuando el IPC volvió a situarse en los dos dígitos tras más de 20 años, hoy el 25,5% está más cerca que en los meses previos de lo que técnicamente se conoce como “hiper” (50% mensual o más) y si bien los analistas prefieren alejar el escenario, consideran que los riesgos siguen latentes. El gobierno de Javier Milei alerta sobre el escenario hiperinflacionario si no se lleva a cabo su plan al pie de la letra, con DNU y Ley Ómnibus incluidos. Además, el Presidente consideró como un “éxito” que el IPC de diciembre no fuera mayor y explicó que “el plan de saneamiento del BCRA hizo que la gente no tuviera pesos para convalidar mayores aumentos. Incluso hubo retracción, como pasó con las gaseosas, la carne y otros productos. Estaríamos ante un caso inédito de quebrar la inercia inflacionaria”, dijo. Y planteó que se viene “un período con números de inflación horribles, pero aplanada y el paso siguiente debería ser la caída” en esos indicadores.
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