Tras haber sido el primer funcionario designado por el presidente electo, Javier Milei, cuando aún ni siquiera había pasado la primera vuelta electoral de octubre, el economista Emilio Ocampo se alejó esta semana de la posibilidad de asumir la conducción del Banco Central.
El pasado 22 de septiembre, exactamente cuando faltaba un mes para los comicios generales, Milei anunciaba en un programa radial que “Emilio Ocampo va a ser el presidente del Banco Central” y aseguraba que “lo va a cerrar, tiene la misión de cerrarlo; está feliz de la vida”. Dos meses después, luego del triunfo del libertario en el balotaje frente a Sergio Massa y ante el paso a un segundo plano de la dolarización y la eliminación del BCRA, Ocampo decidió dar un paso al costado.
Lo que sucedió entre el anuncio y la dimisión de un hombre que ni siquiera llegó a asumir el cargo, se explica por numerosos idas y vueltas dentro del armado de La Libertad Avanza (LLA), que incluyeron ideas y nombres relegados en pos del ascenso de otros que distan de todo lo promovido por el gurú de la dolarización.
De acuerdo a información aportada por La Nación, el candidato a jefe de Gabinete de Milei, Nicolás Posse, fue determinante en el proceso de viraje de las prioridades económicas del gobierno libertario. El dirigente, que fue compañero de trabajo de Milei en la Corporación América, es un hombre de extrema confianza del mandatario electo.
A raíz de eso, las acciones de Posse encabezan la pizarra mileista, por lo que tiene un alto grado de influencia en los armados de los equipos y en la confección de la agenda del futuro gobierno. En ese sentido, según precisaron desde el medio gráfico, durante septiembre (el mes donde había crecido la figura de Ocampo), el alfil libertario empezó a promover un plan alternativo a la dolarización diseñado por Luis Caputo.
El matutino de tirada nacional reveló que Ocampo se enteró del plan paralelo a principios de octubre y que a fines de dicho mes le aseguró a su equipo que creía que a Milei lo habían convencido de avanzar en otra dirección, pero renunciar en plena campaña no era una opción.
El economista que postulaba para el Ministerio de Economía a Federico Sturzenegger, consideraba que para conseguir el apoyo del FMI y avanzar con la dolarización se requería de un plan de ajuste fiscal macroeconómicamente consistente y políticamente viable.
La mirada compartida por Posse y Caputo, reconstruida por La Nación, era distinta, ya que entendían que en el mercado no se mostraba favorable a colocar bonos de deuda para canjearlos por las Leliq, con el objetivo de acercar dólares frescos y permitir poner en marcha la dolarización, siguiendo el plan original de Ocampo.
Sin embargo, el economista ya había reformulado su propuesta porque, en consulta con los principales bancos de Wall Street, había llegado a la misma conclusión. A raíz de eso, según informó el medio gráfico, Ocampo junto con su equipo habían diseñado un plan de transición de 90 a 100 días que Milei, debido a su atención en la campaña, nunca llegó a conocer.
En la semana previa al balotaje, Posse y Caputo tuvieron una reunión virtual con funcionarios del FMI en el que presentaron un plan monetario con el que Ocampo y su equipo no estaban de acuerdo. Al enterarse, el impulsor de la dolarización decidió alejarse de la conformación del gobierno libertario.
- Economia