La devaluación de la moneda oficial que ocurrió el pasado 14 de agosto llevó los precios a un nivel inédito y el octavo mes del año fue difícil para casi todos los argentinos. Y es que adaptarse a la dinámica de precios obliga a pensar cómo hacer rendir mejor los pesos y eso incluye la decisión de hacer pagos urgentes, salir de deudas lo más rápido posible y cambiar, cuanto antes, ese electrodoméstico o gadget antes de que su precio aumente. En pocas palabras, hacer malabares con la plata.
Esta situación, no obstante, podría escalar, puesto que el mercado da por descontada una devaluación del 30% en octubre y, "quizás, una más violenta en noviembre/diciembre de 40 o 50%", señaló una fuente del sector bancario a Ámbito. Esto llevaría el tipo de cambio oficial a $450 después de las elecciones y, "más cerca de la segunda vuelta", a $600. "El año debería terminar, así, con un tipo de cambio oficial de entre $680 y $750", agregó la fuente, que pidió no ser identificada.
Claro que el Gobierno no se ha quedado de brazos cruzados e intenta dominar la onda expansiva de la devaluación y, por supuesto, de la economía que se viene, inyectando liquidez en los bolsillos de las personas y confiando en que esas medidas se vuelquen al consumo.
Consumo: la recomendación de los expertos
Según los analistas consultados por este medio, las recomendaciones van, desde jugar con la dinámica de precios, "para tenerla a nuestro favor", hasta postergar el pago de deudas que no ajusten por inflación o que estén dolarizadas. En ese aspecto, el asesor de inversiones e idóneo en el mercado, Gastón Lentini, indica que es importante tener en cuenta cómo "gestionamos nuestros pagos" para maximizar nuestros beneficios financieros y da algunas pautas clave al respecto:
Utilizar la tarjeta de crédito: en la medida de lo posible, deberíamos utilizar la tarjeta de crédito para realizar nuestras compras. Esto es preferible incluso al efectivo, a menos que obtengamos un descuento significativo por pagar en "cash".
Evitar la tarjeta de débito: es aconsejable guardar la tarjeta de débito y no utilizarla de forma regular. La razón detrás de esto es que, si usamos en su lugar la de crédito, estamos efectivamente obteniendo un descuento implícito porque nos adelantamos a eventuales subas de precios por inflación.
Aprovechar las cuotas sin interés: si tenemos que realizar compras importantes que ofrecen la opción de pagar en cuotas sin intereses, deberíamos considerarla seriamente. La inflación gradualmente reducirá el peso de esas cuotas en nuestros ingresos con el tiempo.
Calcular el costo financiero total: para aquellos que quieran profundizar en la matemática financiera, es útil calcular el costo financiero total de las cuotas. A veces, incluso pagando intereses, esta opción puede ser beneficiosa.
Comparar con la inflación: la clave es asegurarse de que el costo financiero total que nos cobran en las cuotas sea menor al 100%, que es una cifra redonda que representa la inflación anual. Si esto se cumple, la inflación juega a nuestro favor.
La estrategia de maximizar beneficios usando la inflación a favor, sostiene Lentini, se puede aplicar a cualquier tipo de gasto; desde los pagos de colegio o facultad, hasta las expensas del consorcio. "Si el consorcio cobra una tasa menor a la inflación, es ventajoso demorarse en los pagos de las expensas", advierte el asesor, y, en cambio, plantea, "poner ese dinero a trabajar en opciones de inversión como un Fondo Común (FCI), puede generar un retorno anual del 97% al 98%".
En este juego diario, propio de una economía en crisis, Lentini asegura que las deudas que debemos "pagar de inmediato son aquellas que crecen más rápido que la inflación o están denominadas en dólares", ya que se vuelven más difíciles de afrontar con el tiempo.
Por ejemplo, en el caso de un crédito UVA, debemos asegurarnos de que nuestros ingresos o inversiones superen la evolución del UVA (aproximadamente igual a la inflación), o de lo contrario, será cada vez más difícil pagar. De igual manera, las deudas en dólares se vuelven más desafiantes a medida que el peso se deprecia.
Cuotas: siempre aprovechar la oportunidad
Elena Alonso, licenciada en Economía, sostiene que, en primer lugar, cuando se tiene la oportunidad de comprar algo a un precio significativamente más bajo que el del mercado, especialmente si la contraparte necesita dólares, es una excelente oportunidad para invertir y aprovechar.
En segundo lugar, en el caso de gastos que pueden financiarse en cuotas fijas, como la compra de un automóvil (de hecho, más del 30% de los compradores de vehículos lo hace), es sabio pagar la menor cantidad posible en efectivo y aprovechar al máximo el financiamiento disponible. Esto permite utilizar el capital de manera más efectiva y optimizar nuestros recursos.
Además, Alonso recomienda financiar gastos importantes en lugar de pagar en efectivo, especialmente en un contexto en el que "el dinero en efectivo no rinde". "Poner esa plata a trabajar en inversiones es más beneficioso", sostiene la analista en línea con lo recomendado con su colega, Lentini.
Aprovechar los beneficios de las medidas de alivio
En cuanto a créditos, agrega Alonso, si se ofrecen tasas atractivas, como un 60% para docentes, es una oportunidad valiosa. "Los préstamos pueden usarse tanto para gastos esenciales como para pagar deudas de tarjetas de crédito, lo que ayuda a sanear nuestras finanzas y liberar capital para otros gastos, como el del supermercado".
Ambos analistas coinciden en que, todos los gastos que tengan intereses por debajo de la inflación hay que postergarlos. En ese sentido, Omar De Lucca, especialista en educación financiera, en sintonía con Alonso y Lentini, ofrece siete consejos para "optimizar los gastos personales" en esta coyuntura y sortear de la mejor manera la crisis de liquidez en los bolsillos:
1- Con relación a los bienes de consumo, todo lo que se pueda comprar con Ahora 12 previo a las elecciones "es una buena estrategia para cuidar el efectivo".
2- La tarjeta de crédito es un gasto no diferible dada las tasas de interés de hoy para endeudarse con ese medio (incluye financiamiento vía adelantos). Es decir que no conviene pagar el mínimo y atrasarse en cancelar el total.
3- Pagar los servicios con el dinero disponible y no dilatarlos.
4- Moratorias impositivas para pagar en cuotas subsidiadas tanto impuestos nacionales como provinciales.
5- La cobertura de necesidades básicas no se puede dilatar, pero sí lo anterior.
6- Evitar endeudarse a tasas actuales, al menos hasta entrado 2024.
7- En lo posible pagar gastos fijos mensuales (no variables) con renta financiera y armar un fondo de contingencia en dólares para estar preparado por si el panorama es aún peor que el actual.
En resumen, la gestión prudente de las finanzas personales y la toma de decisiones estratégicas son esenciales para sobrellevar la situación económica actual del país que nos atraviesa a todos.