Tras la desaceleración que venían registrando los precios de los alimentos en los últimos dos meses -en junio, fue el rubro que menos subió, con 4,1%-, en las últimas dos semanas de julio volvieron a cobrar impulso, y lo mismo se viene reflejando en estos primeros nueve días de agosto. Las medidas adoptadas a fines del mes pasado para lograr una mejora en los ingresos fiscales, afectados por la sequía, recalentaron los precios, al igual que la brecha cambiaria que volvió a ampliarse en el último mes.
El dólar blue cerró ayer en $598 y acumula una ganancia de casi 9% en lo que va del mes, en tanto que el CCL superó los 600 pesos. A días de las PASO, y en un contexto de incertidumbre que no se disipará hasta octubre, la tendencia será hacia una mayor dolarización, aseguran los analistas, quienes advierten que eso indefectiblemente impactará en precios. En el caso de los alimentos, las medidas adoptadas por el equipo económico semanas atrás, como el dólar maíz a $340 y el impuesto de 7,5% a la importación de bienes ya tuvieron un efecto inflacionario.
En el primer caso, porque el maíz es insumo fundamental para la elaboración de carne, pollo, cerdo y leche, entre otros alimentos; mientras que en el caso del impuesto PAIS, incide en la importación de cada uno de los insumos utilizados por la industria alimenticia. Si bien el Gobierno había anticipado que las materias primas e insumos de la canasta básica quedarían exentos de tributar el gravamen, la lista que salió publicada en el Boletín Oficial incluye, en su gran mayoría, bienes finales. Desde la secretaría de Comercio trabajan en la ampliación de ese listado, pero por ahora no hay novedades, por lo que todo lo que se importa debe pagar el impuesto.
De acuerdo con los relevamientos de la consultora LCG, que mide la evolución semanal de los alimentos, en las dos últimas semanas de julio subieron 2,3% y 3%, respectivamente, y el mes cerró con un incremento de 6,5%. El Indec dará la cifra oficial la semana próxima, pero fuentes oficiales anticiparon que mostrará una aceleración respecto de junio, no sólo en el rubro alimentos, sino a nivel general. Se trata de un mes con una fuerte incidencia del turismo. Para EcoGo, que también releva precios de alimentos, el mes pasado el rubro superó el 7%, incluso por encima del índice general.
Durante la primera semana de agosto, las mediciones realizadas por la consultora que dirige Marina Dal Poggetto mostraron una notable aceleración respecto del mes anterior. “Luego de la ampliación de la base imponible del Impuesto PAIS y de la implementación del dólar agro, las carnes –contenidas hasta ahora por la sobreoferta producto de la sequía- volvieron a acelerarse, registrando fuertes subas entre la ultima semana y la primera de este mes. Así, el relevamiento correspondiente a la primera semana de agosto exhibió una variación de 2,8% con respecto a la semana previa”, precisó la firma en un informe.
Con este dato, agregó, y considerando una proyección de variación del 1,8% semanal para las semanas restantes, la inflación de alimentos consumidos en el hogar en agosto alcanzaría el 8,9% mensual. Para LCG, el número no será tan elevado. Según indicó su titular, Guido Lorenzo, “el piso para este mes será de 7% para los alimentos”.
Con el aumento de costos cada vez mayor, y en un contexto de precios controlados en las cadenas de supermercados (Precios Justos), las empresas sigue trasladando aumentos mayores al canal tradicional -compuesto por los autoservicios y almacenes de barrio-, a pesar de estar fuertemente golpeado por la merma en las ventas. Desde que existen los controles en el canal moderno, la brecha de precios entre ambos canales se fue ampliando cada vez más, hoy llega al 26% promedio y podría llegar al 30% hacia fin de año, según estiman en la consultora Scentia.
En la firma que dirige Osvaldo del Río realizan un relevamiento sobre 2.100 productos y comparan la evolución de sus precios entre canales a lo largo del tiempo. En todos los casos se mide el precio pagado por el consumidor, es decir que incluye una promoción que realiza una cadena, por ejemplo. Lo que no incorpora son los descuentos bancarios. “El año suele arrancar con una brecha de 20 puntos, pero luego va creciendo. El año pasado cerró en 25% y este año creemos que estará en 30%”, enfatizó Del Río, quien manifestó que a junio el número alcanzaba a 26%, con los rubros higiene y cosmética; limpieza de ropa y hogar; y bebidas sin alcohol a la cabeza, con 40% y 35% de brecha, respectivamente.
“La brecha es alta. Los aumentos no van siendo equitativos. Siempre en primeros meses del año se ajusta más parejo, pero luego se van acumulando mayores diferencias”, sostuvo el analista en consumo. En este contexto, en el que los proveedores mantienen pisados los precios en las grandes cadenas por el acuerdo de Precios Justos, están a la espera de lo que suceda en las elecciones para reacomodar sus márgenes. Algunos sostienen que si el ministro de Economía y candidato presidencial por el oficialismo, Sergio Massa, no logra hacer una buena elección, las empresas comenzarán a presionar por ajustar los precios inmediatamente luego del domingo. Pero otros aseguran que ese capítulo de la película llegará después de octubre, o incluso luego de un posible ballotage, cuando quede claro quién sucederá a Alberto Fernández en la presidencia. Recién ahi podría achicarse la diferencia de precios entre los distintos canales.
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