La moderación en la suba de los alimentos y bebidas, el rubro de mayor incidencia dentro del IPC, contribuyó a la desaceleración de la inflación en junio. Una realidad que, de acuerdo a distintos relevamientos privados, no se habría repetido en julio.
Es que distintos sondeos indican que la canasta de alimentos presentó el mes pasado una variación levemente mayor a la de junio. Sobre todo, destacan, se observó una aceleración más marcada en la última semana, producto del salto en los dólares alternativos y las medidas anunciadas por el Gobierno en el marco de las negociaciones con el FMI.
En ese contexto, la canasta básica de alimentos que mide la agrupación Consumidores Libres en la Ciudad de Buenos Aires, presentó en julio una suba de 6,6%, por encima del 6% de junio. Los productos de almacén treparon 8,3%, con la harina subiendo 11,4%. Las frutas y verduras se incrementaron 6,4%, con un marcado salto de la papa (36,8%). Las carnes, en tanto, presentaron un alza de 5,3%. Así, en los primeros siete meses del año, la canasta básica de alimentos que mide Consumidores Libres se incrementó 72,3%.
En la misma sintonía, el sondeo que realiza ISEPCI en comercios de cercanía del Gran Buenos Aires, registró una variación del 7,6% en la canasta básica de alimentos: por encima, del 6,6% que había medido en junio.
En lo que va del 2023, la canasta que releva el Instituto presentó un incremento de 71,6%, mientras que en la variación interanual la suba fue de 118,3%.
"Luego de la desaceleración de precios en consumo masivo que se había registrado en junio, la devaluación del peso frente al dólar en el mercado paralelo en julio impactó en una suba generalizada de todas las categorías. Para el caso de la categoría bebidas, el aumento promedio mensual fue de 10,7%, Limpieza 8,2, Cuidado Personal 6% y Alimentos 5,1%", señaló Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. Para la firma, el rubro alimentos y bebidas subió 7,9% durante el mes pasado.
En ese marco, si bien señalaron que los alimentos y bebidas evolucionaron por debajo del índice general de inflación, desde la Fundación Libertad y Progreso estimaron una suba de 6% mensual: “Recién en la última medición (cuarta semana) tuvo un aumento significativo, y terminó aportando 1,4pp al índice”.
Por su parte, de acuerdo al relevamiento de Orlando Ferreres, el rubro trepó 6,4% en julio, mientras que la firma había observado un alza del 5,5% el mes previo.
Otros relevamientos
De todas formas, algunos relevamientos privados observaron en julio una variación en los alimentos y bebidas menor que en el mes previo. Es el caso de la consultora C&T, que en su medición observó un alza en el rubro del 4,4%, “pero con una fuerte aceleración durante la segunda mitad del mes, especialmente en panificados, carnes, verduras y bebidas alcohólicas”. En junio, para la firma, la variación había sido del 5,2% mensual.
En tanto, desde Eco Go señalaron que “en julio los precios de los alimentos y bebidas registraron una suba de 7,3%, lo que representa una desaceleración de 0,2 p.p. respecto a nuestro relevamiento en junio”. “Los mayores incrementos se dieron en la primera y tercera semana del mes con aumentos del 1,7% semanal, consolidando una tendencia donde el grueso de las subas se da cada quince días”, explicaron.
Con todo, más allá de las distintas canastas que miden las consultoras, todas coinciden en un pronóstico: que, de la mano de esta variación en los alimentos y junto a otros factores, la inflación de julio cerró por encima del nivel de junio. De hecho, estiman que puede ubicarse por arriba del 6,5%.