No hay control de cambios ni esfuerzo del Banco Central por mantener el atraso cambiario que pueda contrarrestar la realidad irrefutable de la apreciación de las monedas en la región, a contramano de lo que ocurre con la moneda local.
El peso argentino es la moneda que más depreció entre los mercados emergentes, con un retroceso de 33% en lo va del año. Esa pérdida de valor es mayor a la que sufrió la lira turca, economía que también está jaqueada por altos niveles de inflación mientras que el rublo ruso, economía sumida en una guerra, completa el podio de las tres monedas que más valor perdieron en 2023.
Así se desprende de un ránking que compartió en sus redes sociales el ex Goldman Sachs y economista del Fondo Monetario Internacional, ahora economista jefe del International Institute of Finance (IIF), Robin Brooks.
Según el experto, el material compartido es el “mejor gráfico para mostrar que los problemas de Argentina son 100% autoinfligidos”.
El economista de la asociación de bancos internacionales argumentó que América latina es “un mercado mimado este año” y que las monedas en toda la región están aumentando sustancialmente. De hecho, entre las 5 monedas del mundo que más se apreciaron se encuentran el peso colombiano en el primer lugar, el mexicano en el segundo y el real brasileño en el quinto puesto. En el décimo lugar del ranking, en tanto, el peso chileno cierra el top ten de las monedas que más aumentaron su valor desde que empezó el año. En el extremo opuesto, en cambio, se encuentra la Argentina.
“La Argentina tiene todas las exportaciones de commodities que tienen otros países latinoamericanos. Simplemente tiene terribles políticas similares a #MMT”, sostuvo Brooks, en alusión a la teoría monetaria moderna por sus siglas en inglés, enfoque según el cual la emisión monetaria sin respaldo no tiene ninguna relación con la tasa de inflación.
Ese es, precisamente, un punto central a la hora de analizar la performance del peso argentino. Si bien en términos nominales es la moneda que refleja mayor tasa de devaluación, ese nivel corre desde hace meses por debajo de la tasa de inflación -junio quebró esa tendencia ante un dato de inflación menor al esperado-, con lo cual en términos reales, el peso argentino se expresión en términos de tipo de cambio real multilateral. En otras palabras, pese a ser la moneda con mayor devaluación nominal, de todos modos el peso argentino perdió competitividad respecto de sus socios comerciales. En ese sentido, la moneda local se apreció 24% desde que se inició la gestión actual del presidente Alberto Fernández.
En este sentido, también el especialista en la región del IIF, Martín Castellano, responsable del equipo de investigación para América latina, hizo foco en la relación entre instituciones monetarias y la evolución de los precios.
“La inflación en la Argentina se mantiene muy por encima del 100% a pesar de una desaceleración intermensual en junio. Tener instituciones monetarias sólidas y autónomas es una lección que los formuladores de políticas de América latina aprendieron hace mucho tiempo” sostuvo Castellanos, en línea con lo que denota el ránking de monedas, en el que se destaca el desempeño de aquellas de los países vecinos. “Los planes de estabilización deberían estar al frente de la discusión política antes de las primarias de agosto”, apuntó el economista.
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