El dólar libre es negociado con baja de un peso, a $199 para la venta, su precio más bajo desde el 21 de diciembre último. Hay que recordar que el precio de la divisa cayó once pesos o 5,2% en marzo. Y mantiene en 2022 un descenso de nueve pesos o 4,3 por ciento.
La debilidad del dólar negociado por fuera del “cepo” se hizo extensiva a las paridades bursátiles. Tanto el “contado con liquidación” negociado a través del Global 2030 (GD30C) como el MEP son transados en la zona de los 190 pesos, en mínimos de dos semanas.
En lo inmediato -y siempre con una visión de corto plazo ante un mercado financiero volátil- hay cinco motivos que pueden determinarse detrás de la baja reciente de los dólares alternativos:
1) Liquidación del agro. Este es un factor estacional. En el segundo trimestre del año se concentran las exportaciones de granos y derivados industriales. Una puntual abundancia de divisas produce una disminución de las expectativas de devaluación. Y esta distensión se traslada a todos los segmentos del mercado, incluso el informal.
Es de esperar que 2022 venga con un “pan bajo el brazo”, con registros máximos históricos de exportaciones para el sector agrícola, apuntalados por los elevados precios internacionales de estos productos.
La Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informaron que en marzo el sector liquidó USD 2.984 millones, el mejor registro para ese mes de los últimos 20 años. Y el ingreso de divisas acumulado de la agroexportación en el primer trimestre alcanzó los USD 7.926,08 millones, un 80% por encima del promedio histórico, según cálculos de Invecq Consultora Económica.
2) Altas tasas en pesos. Por efecto de una inflación que alcanzó el 4,7% en febrero, y se prevé por encima del 5% para marzo, el Banco Central ya aplicó en el primer trimestre tres alzas de tasa de Política Monetaria, ahora en el 44,5% nominal anual, que se transforma con la permanente renovación de los vencimientos en una tasa efectiva del 54,85% anual.
3) Acuerdo con el FMI. La rúbrica de este entendimiento para postergar con cuatro años de gracia los voluminosos vencimientos de deuda con el organismo no solamente despeja los pagos y libera de estos compromisos a las reservas del Banco Central, también mejora el panorama financiero para los bonos soberanos y las acciones argentinas.
4) Sobredolarización. No pasa desapercibido que antes del anuncio del acuerdo con el FMI, el pasado 28 de enero, tanto los dólares operados a través de activos bursátiles como el dólar “blue” anotaron sus máximos históricos. El “contado con liqui” estuvo negociado a $231 y el dólar informal, a $222,50, debido a una demanda que se recalentó por la incertidumbre financiera.
5) Ayuda desde Brasil. Un indicador muy importante a tener en cuenta a la hora de prever el ritmo de devaluación del peso tiene que ver con la evolución del real brasileño. Si el real cae poco frente al dólar o se revalúa, habilita al Banco Central argentino a suavizar la suba del tipo de cambio oficial, que es el que se refleja en el precio del dólar mayorista. Esto se debe al peso relativo de Brasil en la balanza del comercio exterior argentino.
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