Desde hace rato el presidente de AFA, Chiqui Tapia, está buscando que la Selección tenga un lugar en el que el equipo se sienta local. Más allá del carácter itinerante de la Selección, que por lógica razón se debe presentar en diferentes lugares del país para ofrecer un carácter regional, Tapia cree que la Selección debe tener una casa propia. Y para tal efecto desde hace rato viene sondeando distintas posibilidades.
Descartados River y Boca por obvias consecuencias (ni Boca ni River compartirían jamás sus canchas), durante varios años (en la gestión de Grondona) se especuló que el sitio elegido sería la cancha de Vélez, que tiene las características mínimas necesarias de capacidad, comodidad y accesibilidad para albergar a un montón de gente. Pero esta posibilidad fue rechazada por las diferentes dirigencias de Vélez, quienes estaban dispuestas a alquilar, pero no a concesionar por un tiempo determinado. Vélez no quiso nunca, con razón, jugar de prestado en su propia cancha.
Ya a comienzos del siglo XX apareció otra posibilidad, también indagada por Grondona: el estadio Diego Armando Maradona, de La Plata, ese gigante absurdo que se construyó para que allí jugaran sus partidos del torneo local Gimnasia y Estudiantes, aunque ambos, desde siempre, dejaron muy claro que no iban a dejar sus domicilios originales y, por eso, Estudiantes construyó un estadio nuevo y Gimnasia está remodelando el suyo del Bosque. Con esto queremos decir que el hermoso Estadio Maradona, que está más al cohete que cenicero de moto, era una posibilidad más que atractiva. Pero tampoco. Por dos razones: porque está demasiado cerca de la Capital Federal aunque al mismo tiempo demasiado lejos. Por otra parte, la ciudad de La Plata no posee la capacidad hotelera suficiente para albergar a los turistas y periodistas nacionales e internacionales que eventualmente llegarían para ver y cubrir el partido.
Y por eso el sentido común de Tapia, que funciona bastante mejor que su olfato político, lo llevó a indagar una tercera posibilidad: el estadio José María Minella de Mar del Plata, que está todo desvencijado y que no sólo necesita una lavada de cara sino una remodelación casi completa. Y como agregado, la ciudad cuenta con una capacidad hotelera de las mejores de la Argentina.
Para tal efecto ya se avanzó con reuniones entre el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y el presidente de la AFA para empezar a sacarle punta al lápiz que redactará el acuerdo.
El plan es que la AFA remodele y amplíe la capacidad del Estadio (recordemos que la AFA tiene platita fresca del Mundial) y se quede con la concesión durante 30 años.
Los cambios previstos por la AFA son realmente profundos y llevarían al menos un año y medio, en diferentes etapas:
1) Hacer algo parecido a lo de River: hundir el campo de juego y acercar las tribunas a la cancha para eliminar las pistas de atletismo.
2) Construir dos plateas laterales altas para mejorar la capacidad del estadio, tal como se hizo en el Kempes de Córdoba.
3) Colocar butacas en la populares que están detrás de los arcos para convertir el Minella en el único estadio con todo el público sentado.
4) Cambiar el terreno de juego.
5) Ampliar la zona de estacionamiento.
6) Mejorar los vestuarios y el ingreso a vestuarios.
“Estamos muy contentos porque, si firmamos el acuerdo, todas las Selecciones Nacionales, de todas sus categorías, tanto masculinas como femeninas, jugarán en Mar del Plata. Esto es muy bueno para nuestra ciudad porque no solamente permitirá disfrutar de los encuentros, sino que cada partido generará muchísimo movimiento y laburo para los marplatenses”, expresó Montenegro.
Tapia dijo que “Mar del Plata sigue siendo una plaza representativa de nuestro fútbol. Lo fue históricamente. Nosotros hace unos fines de semana llevamos la Copa de Oro de Futsal y nos quedamos muy conformes por cómo nos trataron. Para la AFA es un honor que sus selecciones vayan a la ciudad”.
Nos parece bien la idea de tener un estadio para la Selección Nacional. Y hasta nos lanzamos a decir que también nos gusta que la plaza sea Mar del Plata. Hasta aquí, todo bien. Siempre y cuando la AFA y Tapia no se lancen a la organización de espectáculos musicales para aprovechar el estadio y potenciar las ganancias de la AFA. Nos gusta la idea mientras no se mezclen peras con manzanas.
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