Hugo Ibarra, cuando nadie lo pensaba surgió como técnico de Boca Juniors, rearmó al plantel en silencio y con humildad consiguió llevar al club donde fue figura como jugador a la obtención de la Liga Profesional.
Recibió el equipo cuando era un "hierro caliente" después de la eliminación ante Corinthians por penales en los octavos de final de la Copa Libertadores y luego del despido de Sebastián Battaglia junto a la salida del capitán Carlos Izquierdoz.
"Difícil la teníamos hace tres meses" dijo a los periodistas en La Plata luego de ganarle a Gimnasia por 2 a 1 el jueves pasado.
Con su sonrisa de dientes blancos y su mirada sin mentiras, sabía que ya su principal batalla la había ganado que es la de empezar a ser respetado como técnico en el "mundo Boca".
A este formoseño de 48 años que se retiró con la "azul y oro" en el 2010 y que a lo largo de su brillante carrera como futbolista logro títulos internacionales y nacionales, nunca le paso por su cabeza que iba a festejar como entrenador de la primera del club que fue hincha desde que nació en el pueblo de El Colorado.
Después de dejar la actividad paso por varios puestos de la inferiores con la anterior gestión comandado por Daniel Angelici y fue uno de los pocos que quedo de la renovación que hubo en las juveniles ante el arribo de Juan Román Riquelme como vicepresidente segundo y encargado del fútbol allá por diciembre del 2019.
Su idea era siempre ayudar pero no comandar el barco, su perfil bajo y cauto parecía no dar para aquel que tiene que mandar en un vestuario tan fuerte y complicado como siempre fue el de Boca.
Aparte la dirección técnica no era el mayor de sus gustos hasta que Battaglia en agosto del año pasado dejo la reserva para ser técnico de la primera y entonces ante el pedido de su amigo Román junto con "Chicho" Serna se convirtió en entrenador de esa categoría.
Pero llego la "trágica" noche del 5 de julio ante los brasileros con el posterior despido del técnico y se barajaron varios nombres para hacerse cargo del equipo ante San Lorenzo apenas cuatro días después de la eliminación en la Copa.
Entonces lo convencieron para ser interino por un partido y con la determinación de mandar a Izquierdoz referente y capitán al banco después que trascendió la pelea del defensor con Riquelme por los premios y una deuda pendiente con el plantel.
Se banco la derrota dura ante el "Ciclón" y de interino 48 horas después fue presentado como el técnico hasta diciembre.
Se vinieron momentos duros y partidos difíciles con las derrotas ante Argentinos y Patronato, mientras la critica de afuera y de adentro empezaba a ser despiadada.
En el medio las recriminaciones pelea de por medio entre Benedetto y Zambrano en el entretiempo del empate 0 a 0 ante Racing.
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