Al mal inicio en la Copa Libertadores 2024 se le suma un nuevo dolor de cabeza a San Lorenzo y este llega en la forma de tres nuevas inhibiciones, las cual aparecieron en el plataforma de legales de la FIFA en la que incluye a todos las instituciones del mundo que se encuentran sancionados con la prohibición de inscribir jugadores.
En Boedo ya se conocía el reclamo de Rayados de Monterrey por Adam Bareiro, el cual oscila los 600.000 dólares estadounidense y parece estar cerca de resolverse, pero a ese reclamo ahora se le suman: un nuevo incumplimiento en el plan de pago con Diego Rodríguez por US$490.000, un incumplimiento a Xolos de Tijuana por el pase del ya mencionado Torito por US$160.000 y una deuda con Ferencváros de Hungría por Carlos Auzqui, que ronda los US$140.000.
En total, el elenco azulgrana deberá depositar 1.4 millones de dólares para poder levantar estas inhibiciones, que en caso de no hacerlo estará imposibilitado de realizar incorporaciones en el próximo mercado de meses que en Argentina.
Parece inevitable en Boedo tener que desprenderse de varios jugadores en este inminente periodo de transferencia para poder saldar estas deudas, por lo que no ha de sorprender que haya múltiples ventas en el mercado de pases para poder librarse de estas complicaciones en el plan económico.
Cómo fueron los ciclos de Diego Rodríguez y Carlos Auzqui en San Lorenzo
El Torito arribó al Ciclón en enero del 2020 jugó únicamente 35 partidos en los que marcó un único gol (en el marco de un triunfo 4-3 sobre Lanús donde Bareiro marcó por duplicado y fue bajo el mando de Leandro Romagnoli como interino) primero a préstamo por un año y luego fue comprado al Xolos de Tijuana, antes de irse de la institución tras de rescindir su contrato en agosto del 2021. Curiosamente Rodríguez supo portar la cinta de capitán de la institución y nula relación previa con el club.
Por el lado del Perro, llegó a San Lorenzo a mediados del pasado 2023 pero su ciclo fue sumamente flojo. El ex-River apareció en solo ocho oportunidades con la camiseta azulgrana, sin goles ni asistencias luego de su arribo desde Ferencváros. En otra nota más que curiosa, lo más recordado del paso de Auzqui es que ingresó en el banco de los suplentes en el clásico con Huracán y fue reemplazado antes de final del mismo por una decisión táctica para defender la agónica igualdad antes de dejar la institución a fin de año.