Lo que parecía iba a ser una fiesta del deporte local, se vio empañada por el accionar de inadaptados que tiñieron de violencia el partido que disputaban Central Norte y Gimnasia y Tiro en el Estadio Padre Martearena.
A ocho minutos de iniciado del partido se trenzaron a golpes de puños y patadas dos facciones cuervas, lo que obligó al árbitro del partido Federico Benítez a parar el encuentro.
Pese al pedido de los jugadores de Central Norte para que paren los incidentes, a las dos barras nada les importó, ni siquiera la gran cantidad de hinchas que se llegaron hasta el Martearena y que pagaron sus entradas para disfrutar de un espectáculo deportivo.
Los planteles se pusieron de acuerdo y decidieron suspender el encuentro, ante la desazón de aquellos que hicieron el esfuerzo de ir a la cancha.
En Central Norte ya había una interna anteriormente entre Las Agrupaciones Unidas (La Mayor y La Banda de Central) y Barrio Norte, pero con este nuevo conflicto en puerta será difícil para la policía diagramar un operativo para tres facciones.
Lo cierto es que la violencia en Central viene de larga data, mientras los barras sigan controlando las tribunas, seguirán haciendo y deshaciendo lo que quieran.
A pesar de los serios incidentes no hubo detenidos por los desmanes que se ocasionaron en la popular norte.
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