La estrella emergente del Newcastle United, Alexander Isak, ha sido el último objetivo de una banda de ladrones profesionales. El atacante, cuyo valor de mercado ascendió a 70 millones de euros tras su fichaje por el equipo inglés, fue víctima de un asalto a su lujosa residencia en la finca Darras Hall en Northumberland, apenas 48 horas antes de su participación en la victoria del equipo por 1-0 sobre el Fulham. Según fuentes cercanas, se cree que la pandilla ingresó a la casa de cuatro dormitorios a través de las puertas traseras del patio durante la noche. Aunque no se ha confirmado si Isak, de 24 años, o algún familiar estaban presentes en el momento del asalto, las autoridades aseguraron que los ladrones lograron robar un automóvil, el cual fue encontrado abandonado a tres millas de distancia, en Dissington. Un vecino que prefirió mantenerse en el anonimato declaró a The Sun: “La policía todavía está reconstruyendo las piezas, pero lo asaltaron. Había una furgoneta de seguridad en la casa con perros”. Sin embargo, aún no se ha determinado qué automóvil fue robado durante el incidente. Este no es el primer incidente de este tipo que involucra a un jugador del Newcastle United. Hace apenas tres meses, la casa de Joelinton, compañero de equipo de Isak, también fue allanada en circunstancias similares. Los detectives estarían investigando si hay alguna conexión entre ambos casos. En lo que respecta al jugador brasileño de 27 años, la modalidad del asalto fue smiliar. Los tres delincuentes esperaron el momento exacto, mientras él asistía a un partido, para ingresar y robar varias pertenencias de los bolsos de su pareja Thays Gondim, quien también se encontraba fuera de la propiedad junto a sus tres hijos. Lamentablemente, los jugadores de fútbol no son ajenos a este tipo de ataques. Un mes antes, Jack Grealish sufrió un episodio similar mientras jugaba contra el Everton. En su caso, los ladrones se llevaron objetos por valor de un millón de libras (1,3 millones de euros). Raheem Sterling y Alex Oxlade-Chamberlain también fueron víctimas de bandas organizadas de ladrones que buscan aprovechar la ausencia de los jugadores durante los partidos.
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