Vélez se encuentra atravesado por la causa que afrontan cuatro de sus futbolistas acusados de abuso sexual por una joven periodista. La novedad pasa por Sebastián Sosa, quien quedó en libertad tras pagar una caución de 50 millones de pesos por ser "partícipe secundario" del hecho. Abiel Osorio, José Florentín y Braian Cufré, en tanto, seguirán con prisión domiciliaria en Tucumán.
En cambio, Sosa es el único de los cuatro jugadores que esperará el juicio en libertad porque fue imputado como "partícipe secundario", aunque no quedó absuelto. Él contactó a la víctima y la citó al hotel en donde sucedió lo denunciado, pero no habría abusado sexualmente de ella. Aún así, no podrá salir del país y deberá presentarse ante la jueza cada 15 días.
"Lo único que tengo para decir es que confío plenamente en la Justicia de Tucumán. Soy inocente y lo único que quiero es que se sepa la verdad de todo esto. No quiero entrar en detalles y cosas porque los abogados pueden hablar mejor. No tengo nada para decirle a ella (a la denunciante)", declaró Sosa tras pasar 10 días en prisión.
Y agregó: "Repudio todo acto de violencia, lo dije desde el primer día. Desde el primer momento me puse en esa postura y es lo que sostengo hasta el día de hoy. Estoy conforme con la tarea de mi defensa. Lo viví como cualquier persona privada de su libertad. Gracias a Dios puedo ir a casa".
El defensor y el volante son los más complicados, ya que fueron acusados con la carátula de abuso sexual agravado por la participación de dos personas, mientras que el delantero es investigado por presunto abuso sexual simple. Deberán buscar un alojamiento para recibir a las visitas y los llamados diarios de la Justicia.
El crudo testimonio de la joven que denunció a los jugadores de Vélez por abuso sexual
“Primero que nada voy a arrancar diciendo que para mí esto va a ser mi prisión, porque mi vida es un infierno y una cárcel desde hace tres semanas, me parece una locura. Yo tengo miedo de que se fuguen. Los medios económicos los tienen y las posibilidades también. No me parecería justo que ellos pasen lo que queda del juicio en una casa, en un country, con pileta, con un arco de fútbol pasándola bien cuando mi vida es un infierno hace tres semanas”, fue lo primero que dijo.
Además, afirmó que no puede ir "a ningún lado sola" y que quedó expuesta en diferentes redes sociales. "Me han filtrado la cara por chats de parte de ellos. Ese celular no es mío, los mensajes no salen de mi celular tampoco. Me han filtrado el domicilio. Me han filtrado el DNI, el nombre y todo. No puedo ir sola, ni siquiera comprar un libro al shopping por la mirada de la gente. Los comentarios que me han llegado han sido aberrantes. No solamente me han quitado la dignidad, la sexualidad, me han quitado la carrera, los sueños, la felicidad, la sonrisa y sobre todo, las ganas de vivir pero sigo viva y sigo más fuerte que nunca y yo por eso voy a denunciar para que se haga justicia”, expresó.
Luego, se refirió a los mensajes con Sebastián Sosa: “Yo acepto voluntariamente ir a un hotel con cuatro personas, poniendo textual que no se desubiquen, yo en ningún momento digo sí ‘fiesta loca para todos’. Nunca fueron mis palabras. Me quisieron desacreditar con la frase en el mensaje que yo estas cosas las hago sola, yo me refiero a que yo siempre, siempre que tengo un trato con un futbolista, sea para que me pasen el equipo, para que me pasen las formaciones, para que me cuenten las internas, para tomar algo, para tener una cita, para salir, para lo que sea, yo me manejé sola, y en privacidad".
"Tucumán es muy chico y yo nunca en mi vida he querido que mi vida deportiva, mi vida periodística, mi vida privada, lo que sea, se confunda con este hecho, como hacen creer acá. Yo di mi consentimiento para ir voluntariamente, pero todo lo que pasó después no estuvo consentido. Yo acepté ir espontáneamente; todo lo que sigue después, no lo acepto”, agregó la denunciante.
A su vez, le recriminó a Sebastián Sosa por su versión de que estaba durmiendo: “Es al otro día a la tarde cuando tengo la cabeza en frío, la mente en frío y me empiezo a acordar de lo que me habían hecho. Ahí mi cabeza era otra y yo dimensiono lo que me hicieron. Y un detalle no menor, Sosa me chatea en dos momentos. Me empieza a decir Sebastián Sosa, que en mi recuerdos son de verlo dormido, que él me ve bien, que yo siempre estuve bien, ¿entonces, en qué quedamos? o él me veía, era un espectador de lujo de lo que me hacían las otras tres personas, en momentos alternados, o él dormía, como en mis recuerdos de que él dormía”. Y agregó: “Yo no estaba en mis cabales, en ningún momento estuve 100% lúcida, la cabeza por algunos momentos me respondía, pero el cuerpo no”.
Además, explicó que "ninguna víctima habla en el momento" y que a todas les "lleva un tiempo y un proceso hacerlo". "Yo fui a trabajar el lunes y martes. Incluido el miércoles. No porque estaba bien, o porque nada había pasado, fue un mecanismo de defensa. De decir, bueno, intento seguir. Obviamente no pude seguir y fue palpable para mis compañeras de trabajo que yo no estaba bien y que algo me había pasado”, dijo.
“Fui a mi ginecóloga el lunes en un ataque de angustia total llorando y temblando pidiendo por favor que me atiendan. ¿Entonces por qué voy así a la ginecóloga?, si a mí no me habían hecho nada, como dicen ellos, que fue todo consentido … La cabeza por momentos me funcionaba, pero el cuerpo no”, sentenció.
Por otro lado, la joven dejó en claro que deseaba que les den prisión preventiva a los jugadores: “A mí me parece muy injusto que estas cuatro personas sigan con su impunidad. viviendo en una casa lujosa en country o en donde sea, cuando mi vida es una cárcel y un infierno. Porque no es como dicen ellos, que su imagen pública está perjudicada, que no puede ir a ningún lado y yo tampoco puedo hacerlo y me llegan cosas aberrantes a todas mis redes sociales, a todas. A mi también me han iniciado una persecución mediática por parte de ellos, cuando han filtrado mi cara, porque mi nombre circulaba pero para nada confirmado, cuando me filtran los chats con mi cara en un audio hicieron una comprobación de que ese Instagram y esa cara era mi identidad. Yo ya no tengo nada en la vida, no tengo privacidad, no tengo identidad, no tengo intimidad, no tengo absolutamente nada, solamente tengo mi vida, es lo que me motiva a seguir acá y a pelear por mí y por todas las que venimos atrás”.
A su vez, explicó que se lamenta por haberse quedado en esa habitación: “¿Si me lo pregunto y me cuestiono? por supuesto que me culpo todos los días por no haberme ido de ahí, absolutamente todos los días de mi vida me pregunto ¿por qué me quedé, por qué no me fui? Ninguno estuvo ahí y sabe lo que yo viví y lo que sentí en ese momento, entonces no voy a permitir que se me cuestione si yo puedo haber tenido un momento de lucidez o no haberlos tenido, los cuales los voy a defender y sostener hasta el final de todo esto, porque fue lo que pasó y fue lo que sentí. Me pueden escuchar que yo estoy con mucha fortaleza, estoy muy entera, pero les aseguro que no es así, por dentro el alma está desgarrada".
"He bajado muchísimo de peso, porque la angustia es tanta que no puedo comer, no puedo ir ni siquiera al gimnasio, despejar la cabeza porque la gente me mira, no puedo respirar si me acuesto de costado o boca para abajo, porque es tanta la angustia, lo que me duele el pecho y el aire no me pasa. Lo siento denso. Y ni hablar de todas las cosas que me llegan por las redes sociales, que son horripilantes, no me animo ni siquiera a reproducirlas porque me duele imaginar que esas cosas me las están diciendo a mi”, aseguró.
Por último, negó que les haya pedido dinero a los jugadores para regresar a su hogar: “¿Que yo pedí plata para volverme a mi casa? Yo no le pido plata a nadie, nunca en mi vida. O sea, eso es totalmente una mentira. La imagen mía de desatar de mi bombacha el fajo de plata, me genera repugnancia. Que me pagaron por lo que me han hecho o me querían callar por lo que me habían hecho: una de las dos cosas. Seguro”.