Cabizbajos y sin dar declaraciones, aunque tomándose unos segundos para saludar a los hinchas que se reunieron bien temprano para recibirlos en el aeropuerto, los jugadores de Boca llegaron a Buenos Aires tras la dura e inesperada derrota con Deportivo Pereira. Sin parada de por medio, la delegación, con Juan Román Riquelme a la cabeza, se subió al micro y se dirigió directamente al predio de Ezeiza para entrenarse por la mañana.
No hay descanso. Ni los 90 minutos de anoche ni el feriado nacional ponen un punto de parate para el plantel xeneize, que sabe que debe recuperase rápidamente de este palazo en la Copa Libertadores para pensar en el partido con Tigre del próximo domingo.
La caída en Colombia fue un golpe anímico a un equipo que venía en alza y se ilusionaba con quedarse con los tres puntos para sellar la clasificación con dos fechas de anticipación. Lo cierto es que el objetivo era ese y hubiera llevado una tranquilidad absoluta para cerrar la fase de grupos, pero el conjunto de Jorge Almirón no mostró una buena versión, pagó caro los errores y ahora deberá ir por el boleto en la próxima fecha con Colo Colo.
A pesar de esto, puertas adentro también saben que igualmente esta caída no complica las chances de pasar a octavos (Boca sigue primero) ya que todo continúa dependiendo de sí mismo: de ganarle a Colo Colo en La Bombonera, estará en el primero de los mata-mata. E incluso, de no ser así, podría lograrlo en la última fecha aunque en este caso teniendo en cuenta otros resultados.
En la jornada de entrenamiento matutina de hoy, los titulares harán trabajos regenerativos y la idea es que los suplentes realicen ejercicios con pelota. La única secuela que dejó el duelo con Pereira en cuenta a tocados tiene que ver con Facundo Roncaglia (Nicolás Valentini ingresó en su lugar), quien salió con una molestia muscular en el entretiempo y hoy será evaluado.
Jorge Almirón, tras Deportivo Pereira vs. Boca: "Esto nos va a dejar mucha enseñanza"
"Nos habíamos preparado para cómo se dio el partido, sobre todo en el primer tiempo. Hubo muchos mano a mano en ataque que no aprovechamos en esos momentos. Fue muy parejo, y el segundo tiempo fue cuando mejor estábamos, controlando el partido, no nos generaban ninguna situación de peligro, en un pase largo nos viene el penal, bien atajado por nuestro arquero, y el gol rápido. Después ellos se tiran atrás y no tenemos tiempo para empatar el partido. Nos va dejar mucha enseñanza esto, seguramente", resumió el DT en conferencia de prensa.
Ante la consulta sobre si los cambios tempranos respondían a algún factor sorpresivo del plantel rival, el técnico amplió: "El partido que pensábamos se dio, en el primer tiempo en algunas zonas que ellos iban a presionar tuvimos tres mano a mano, (Sebastián) Villa, (Norberto) Briasco y (Darío) Benedetto y no hubo precisión para aprovechar eso. En la segunda ellos siguieron igual, tuvimos control del partido, nos faltó un poquito de mitad hacia adelante, ellos tampoco tenían apuro en salir, el planteamiento siguió igual, solamente fue hombre por hombre y hasta ahí teníamos el partido controlado e incluso antes del penal tuvimos una jugada".
Más tarde, defendió el potencial aéreo de su defensa: "No veo ninguna debilidad en nuestro equipo de pelota aérea, no nos hicieron goles de cabeza hasta ahora. Había que tomar marcas después del penal atajado, ellos juegan rápido, bien tirado el centro y aprovecharon ese momento de distracción. Una de las poquitas que tuvieron porque el equipo estuvo muy bien y tuvimos un poco de descontrol, que es algo que tenemos que mejorar porque tenemos muchos partidos por delante". Y rescató: "Ahora a enfocarnos en el domingo y después la Copa, que el partido con Colo Colo para nosotros es otra final".
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